El propósito de esta página no es
la de realizar un examen diacrónico de todo el siglo XV, o profundizar en este
periodo en la que proliferaron tanto las guerras como actividades políticas. Mi
intención es más bien de presentar los rasgos generales de la Europa
bajomedieval, las dinámicas generales seguidas por las distintas regiones del
continente, para luego profundizar en los rasgos generales de la Italia del
siglo XV y el importante papel que esta jugará desde un punto de vista
cultural-intelectual para la futura Edad Moderna.
¿Empezamos?
Si tuviéramos que señalar dos
razones por las que el siglo XV es conocido, una sería el Quattrocento, y otra sería
la guerra. Ambas son fruto y consecuencia de complejas dinámicas sociales y
económicas que en el siglo XV están llegando a un punto de ebullición. El Quattrocento
y el Humanismo vienen a producirse por el incremento gradual del urbanismo en
el continente, sobre todo en el Sur y el Oeste, que favorece el desarrollo de
importantes focos comerciales y la acumulación de riqueza en las ciudades;
éstas, a su vez, cuentan con importantes defensores en la figura del rey
medieval, que por ello cuenta con el firme apoyo de las ciudades. Es la llamada
alianza entre rey y ciudad a la que los grandes historiadores medievalistas
aluden.
Ciudad de Constantinopla. |
Ahora bien, este no es un
paradigma fijo: existen zonas en las que las ciudades crecen y se enriquecen
sin la defensa directa de las monarquías y empiezan a desarrollar modelos políticos
alternativos, siendo un claro ejemplo el norte de Italia, el cual trataremos
pronto. Es, aun así, innegable que se desarrolla una dinámica de alianza entre
monarquía y ciudad que contribuirá de manera significante a la consolidación
del poder en manos de los reyes y la progresiva centralización que viene a
evidenciarse en diferentes zonas de Europa.
Francia es el mejor ejemplo de
construcción estatal durante este periodo, aunque es innegable que el reino de
Castilla atraviesa evolución similar. Empezando el siglo XV como monarquía
débil y en guerra con el reino de Inglaterra en el seno de la llamada Guerra de
los Cien Años (1337-1453), a mediados de siglo la monarquía francesa habrá
conseguido repeler los avances de potencias invasoras y dedicará la segunda
mitad de siglo a lo que Olivera Serrano (2002) señala como la conquista del interior
del país, así creando una de las mayores potencias de la Edad Moderna.
Batalla de Aginourt, Public Domain. |
El reino de Inglaterra, tras
perder la Guerra de los Cien Años y verse inmersa poco después en conflictos civiles
en la Guerra de las Dos Rosas, acabará el siglo con la poderosa monarquía
Tudor, que en la próxima centuria podría atreverse a crear su propia Iglesia
anglicana, sin tener que atender a la posibilidad de grandes conflictos con los
señores feudales.
Es por esta razón que se suele
señalar cómo el siglo XV continúa y refuerza la tendencia bajomedieval que
lleva a la progresiva pérdida de poder señorial y la consolidación de las
monarquías. Tal es el caso de las monarquías de grandes sectores de Europa
Occidental. Pero en el Centro y el Este, el panorama es bastante diferente.
Sacro Imperio Germánico al final del siglo XV, |
El Sacro Imperio continúa un
proceso de fragmentación interna en la que el poder imperial queda reducido
cada vez más a un estatus simbólico mientras grandes dinastías nobiliarias ven
la oportunidad de consolidar su poder dentro el Imperio. Tal es el caso de los
Habsburgo, que en la segunda mitad de siglo harán de Austria el ducado más
grande y poderoso de todo el Imperio, y que ya está estableciendo las bases de
la gran política matrimonial que en el siglo XVI produciría Carlos V. Por otro
lado, Flandes y amplios sectores del Norte ven incrementar el poder de las
ciudades, focos mercantiles, cuyas poblaciones actuarán como receptores y
transmisores del Humanismo.
El Este europeo, por otro lado,
se ve inmersa durante este periodo en una dura lucha de religiones, en la que
los diversos reinos balcánicos, así como los restos del Imperio Bizantino y el
reino de Hungría, se encuentran con el avance del Imperio Otomano. Será ésta
quien últimamente alcance la victoria, simbolizada ya de primeras en la toma de
Constantinopla en 1453, que quedará rebautizada como Estambul.
Es una Europa que atiende al
proceso de consolidación real, el crecimiento de la importancia de las ciudades
y el desarrollo del Humanismo. Una Europa en la que el Norte de Italia jugará
un papel enorme.
El "Hombre Vitruviano", de Leonardo da Vinci. Ejemplo de obra humanista. Wikipedia. |
REFERENCIAS:
Asenjo González, M. (2002): “Europa
central y oriental”, en Álvarez-Palenzuela, V. A. (coord.), Historia Universal de la Edad Media, Ariel,
Barcelona.
Olivera Serrano, C. (2002): “Crecimiento
de Francia”, en Álvarez-Palenzuela, V. A. (coord.), Historia Universal de la Edad Media, Ariel, Barcelona.
Rojas Gabriel, M. (2002): “Inglaterra
en el siglo XV”, en Álvarez-Palenzuela, V. A. (coord.), Historia Universal de la Edad Media, Ariel, Barcelona.
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