Una lente maquiavélica de Francesco Sforza

Retrato de Nicolás Maquiavelo, de Brittanica.com
Hoy vamos a analizar a nuestro condottiero favorito desde la perspectiva de uno de los más influyentes escritores de la Italia renacentista, Nicolás Maquiavelo (Niccolò Machiavelli en su italiano original). Conocido por su celebérrima obra El Príncipe, que establece los principios básicos que debe cumplir un gobernante para ser exitoso en la Italia de su tiempo, Maquiavelo se ha ganado una reputación que en realidad no concuerda con su ideología real, una reputación manifestada claramente en las negativas connotaciones del adjetivo maquiavélico.

Portada de la edición de 1550
de El Príncipe, de Wikipedia.
En realidad, Nicolás Maquiavelo, nacido en Florencia en 1469 y muerto en 1527, vivió toda su vida como un ferviente partidario del republicanismo florentino. Debida sin duda a su educación e ideología humanista, exaltaba la República Romana como máxima entidad política de la Historia, y su vida refleja este hecho: entre 1498-1512 trabajó como secretario en la Cancillería de la República Florentina, oficio que perdió con el retorno al poder de la familia Médici. La mismísima obra de El Principe, escrita en 1513 y dedicado a Lorenzo de Médici, es lo que hoy en día llamaríamos una recomendación personal de su valor al régimen señorial de los Médici, presentando una visión política basada en el frío pragmatismo de la realidad y no en los ideales republicanos que en realidad defendía.

Como tal, El Príncipe es leída de primeras como una defensa de “el fin justifica los medios”, que solo la fuerza militar y la astucia política pueden asegurar el dominio del poder. Y, necesariamente, un gran ejemplo de su pasado reciente que encapsulaba esta mentalidad de implacable ambición era nadie menos que Francesco Sforza, el condottiero cuyo poderío dependía de sus armas y su ejército, que había traicionado a la Milán que lo había contratado, y que había conseguido consolidar sus ganancias hasta el punto de crear una poderosa dinastía ducal.
Lorenzo II, Médici,
Wikipedia.

Maquiavelo, en El Príncipe, reconoce el triunfo de la persona de Francesco Sforza, incluso llegando a expresar claramente en el Capítulo Siete, “Conquista por fortuna, es decir, por la virtud de otra persona”, que Sforza es un gran ejemplo de individuo que consiguió alcanzar su posición por sus propios medios y con gran virtù, adquirido con gran esfuerzo y mantenido con poco esfuerzo. En el Capítulo Catorce, “El deber de un príncipe sobre asuntos militares”, Sforza es representado una vez más como el paradigma de un gobernante según El Príncipe, cuyo objetivo, pensamiento y profesión no debía ser sino la guerra. Como guerrero llegó Sforza a gobernar Milán, pero sus hijos, al abandonar la guerra, pasaron a perder Milán.

Francesco Sforza a caballo,
Foto de Stock
Por otro lado, Maquiavelo también señala los peligros de un personaje como Sforza cuando en el Capítulo Doce “Defensa y Milicia”, declara la poca fiabilidad de tener un cuerpo de mercenarios como fuerza armada, al ser primero de calidad desconocida y, lo más importante, susceptibles de traicionar a su amo y hacerse con el poder. Entre los ejemplos dados destaca figuras como Agatocles, y significativamente, a Francesco Sforza, que traicionando a los milaneses se hizo con el poder de la ciudad. Este punto enlaza con otros escritos de Maquiavelo sobre el uso que daba Sforza a la mentira.

Primero señala que Sforza no era de esos hombres que se dejaban gobernar por temor o pudor al traicionar su palabra; con que la victoria fuese asegurada, el hecho de mentir no importaba (Dell’Arte della Guerra. 1519-1520). Construye sobre esto cuando por otro lado asegura que Francesco Sforza consiguió vivir en paz durante años justamente porque engañó a los milaneses, para luego negarles su libertad y convertirse en su príncipe (Istorie Florentine 1520-1525). Estos escritos, ajenos a El Príncipe muestran mejora la opinión real tenida por Maquiavelo hacia este personaje.

Retrato de Francesco Sforza,
Wikipedia.
Así, quisiera concluir señalando que Francesco Sforza fue reconocido incluso en su tiempo como el príncipe despiadado, que había conseguido alcanzar el poder traicionando a todos aquellos que se le ponían delante. Por último, si os interesa el tema de la figura de Nicolás Maquiavelo, os recomiendo que le echéis un vistazo al blog de una compañera mía, y también, si os apetece, un vídeo YouTube de Overly Sarcastic Productions que trata mucho mejor que yo la obra completa y creencias de Nicolás Maquiavelo.  

REFERENCIA:

Machiavelli, N. (2008): The Prince, Hacket Publishing Inc.: Indianapolis. Trad, Intro, con Notas.

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