Las Nuevas Tecnologías en los Museos y la Magia de NaviLensGo

Hace poco (el 23 de octubre de 2019 para los curiosos y cronistas), como parte de una práctica universitaria, fui con mi clase al Museo Arqueológico de Murcia, que deseaba mostrarnos las innovaciones más recientes en la aplicación de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) desde un punto de vista museográfico. Fue una experiencia verdaderamente revelador, y me he imaginado que a los lectores de este blog les podría interesar, debido a que es en los museos donde la mayoría nos encontramos cara a cara con la Historia. Y aunque no interese, me temo que me vais a sufrir porque a mí sí.
Museo Arqueológico de Murcia,
de la página museosregiondemurcia.es
Los museos son los lugares donde la sociedad puede interactuar de manera directa y personalmente con el pasado. Sea un Museo de Arte o uno Arqueológico como es hoy el caso, son literalmente los repositorios de los restos de nuestro pasado. Sin embargo, la museografía se encuentra con el permanente problema de cómo presentar sus contenidos al público. ¿Cómo hacer atractiva la Historia? ¿A qué público deberían apelar? ¿Qué registro deberían usar, cuánta información presentar, dónde deberían presentarla? ¿Cuántos objetos deberían estar a la vista, muchos o pocos?

Y toda una lista hasta el infinito. Pero captáis la idea.

No son nuevas ideas; el director del MAM nos explicó que los museos habían tenido siempre estos problemas, los cuales habían sido exacerbados recientemente por la misión auto-impuesta de hacer los museos accesibles para todo el público y dejar a un lado esa vestimenta elitista que durante tanto tiempo habían llevado. Así como la Historia es para todo el mundo, los museos también. Lo cual es una misión admirable. Pero pronto se encontraron con asuntos de difícil solución: ¿cómo apelar a la vez a un público de profesionales, gente común y niños? ¿Con cuántas lenguas deberían contar las instrucciones? En el ejemplo del director, si uno simplifica la información para minimizar la presencia de carteles para no abrumar al público, el hecho de presentar lo mismo en varias lenguas diferentes nos lleva de nuevo ante la cuestión del tamaño de carteles.  

He aquí la aplicación de las TIC. Durante los últimos doce años las nuevas tecnologías habían estado al frente del esfuerzo museográfico de modernizar y visibilizar sus contenidos. Se ha pasado al uso de bases de datos e inventariado informático, se han introducido ilustraciones, imágenes y vídeos para el público. Pero incluso esto se está quedando desfasado: hoy día las reconstrucciones 3D son la vía más moderna de divulgación.

En cuanto al problema de qué información proporcionar y a qué público dirigirse, los encargados del MAM encontraron la solución en los códigos QR, que supondrían la vía de entrada a todo un mundo de información proporcionado por la dirección del museo. Sin embargo, los problemas técnicos de los códigos QR en cuanto a la ineficiencia de la lectura de códigos causaron el abandono de esta vía.
Hasta que dieron con NaviLens. Ésta es una compañía que se dedica a facilitar el proceso de acceso virtual mediante códigos QR para aquellos con discapacidad visual, creando un nuevo tipo de código, reconocible por su aspecto multicolor, que supera los problemas técnicos de los códigos QR. Se pueden escanear de manera más fácil desde más lejos a través de su aplicación móvil, NaviLensGo. La instalación de este sistema, que ha supuesto el trabajo de los técnicos del museo durante dos años, supone una manera de proporcionar más información a través de diversidad de medios.

Os voy a explicar el proceso a través de mi experiencia personal. Existen tres tipos de códigos NaviLens, los códigos de sala, de vitrina y de pieza. Las primeras funcionan para presentar los contenidos temáticos de la sala como son la civilización ibérica, o la romanización. Las segundas permiten profundizar en los tópicos de cada vitrina, como la vivienda, el comercio, o la religión. Por último, los códigos de pieza permite acceso a información de inventariado, contexto, información tipológica y a veces incluso una reconstrucción en 3D.
Vitrina comercio fenicio-púnico
 MAM, foto propia.

El siguiente caso es de un código de vitrina, en este caso el comercio fenicio-púnico. En la esquina superior izquierda vemos el código NaviLens, que al escanearlo, nos lleva a la página de contactos con el mundo fenicio y púnico. Si nos desplazamos hacia abajo nos presenta una explicación del tema, así como varios enlaces a páginas de interés relacionadas con el tema. Para aquel curioso en el tema, estos enlaces proporciona la posibilidad de ahondar aun más en el tema.

Por otro lado, la página de código NaviLens cuenta con galerías de imágenes y vídeos. Entre las imágenes contamos con toda una serie de ilustraciones, recreaciones y mapas; todos los cuales de enorme interés didáctico. 

Opciones surgidas tras el escaneo NaviLensGo, foto propia.
Y lo mejor, todas estas imágenes son accesibles por Internet, sin necesidad de descargarlas. Por supuesto, el museo proporciona su propio código WiFi al público.

Además de esto, NaviLens supone una plataforma abierto y fácil de personificar, pudiendo el usuario modificar el tamaño de las letras, e incluso alterar los colores de fuente y fondo para facilitar la experiencia de los discapacitados visuales, un legado de la función inicial de la aplicación.

Por último está el caso de los códigos de pieza, que conciernen ante todo las piezas de mayor relevancia e importancia del museo. Entre ellos está este kalathos ibérico con decoración Elche-Archena para el cual se ha elaborado un modelo 3D plenamente interactivo.

Habiendo experimentado la aplicación de los códigos de NaviLens de primera mano, puedo asegurar que supone un medio ideal para facilitar al visitante conocimiento histórico plenamente personalizable. Como dijo el propio director del museo, presentan temas a la carta. Permite la creación de itinerarios, una mayor diversidad de discursos e interpretaciones que no serían factibles si hubiera que aplicarlos físicamente con las tradicionales cartelas. Así, los curiosos en el tema podrían profundizar en temas como los de género, violencia, interculturalidad… Todos ellos modificables por los creadores, que podrán mejorar, arreglar y renovar los temas como convenga. Lo cual supone un importante ahorro de energía y recursos si se compara con la renovación de información en las cartelas o recreaciones físicas como maquetas.
Pieza original a pieza reconstruida 3D
a través de NaviLensGo, foto propia.

La experiencia museística es difícil de vender. Continúa vigente la percepción de los museos como centros polvorientos habitados únicamente por excéntricos profesores, ancianos curiosos y niños aburridos de excursión. Centros concebidos incluso como arcanos hasta cierta manera, llenas de objetos históricos que apelan a los elitistas gustos de aquellos seres extraños, los historiadores y arqueólogos, que pululan por sus pasillos.

La museografía actual está luchando contra esta visión con todas sus fuerzas, y de las armas incluidas en su arsenal, las TIC son de sus más afiladas. Permiten acercar al visitante y mostrarle, a través del campo virtual, todo un mundo de nuevas formas de interpretación y valorización del patrimonio histórico. El caso que hoy hemos tocado, el de los códigos NaviLens, es solo un caso de la aplicación de las nuevas tecnologías. No obstante, en mi opinión nunca deberíamos creer por un segundo que lo que vemos en las pequeñas pantallas de nuestros móviles sea mejor que la realidad material al otro lado de la vitrina, ni por un segundo deberíamos entretener esa idea. Y eso se lo dirijo tanto a los escépticos de la aplicación de las TIC y a los museógrafos modernos que abren el armario de las TIC y nunca son vistos de nuevo.

Así, quiero aclarar que la aplicación de NaviLens es una de apoyo; está dirigida ante todo a un público que ya conoce la Historia y que entra al museo por su propia cuenta. NaviLensGo no es para nada una sustitución de la realidad material sino un amplificador de la realidad que facilita la comprensión y la adquisición de información para aquellos ya interesados en el tema cuya presencia en el museo atestigua ese interés. El caso de atraer un público nuevo a los museos no se busca resolver con NaviLens, por lo menos no directamente.

Naturalmente, mientras visitaba el museo y alucinaba con esta nueva tecnología, no pude evitar imaginar cómo sería aplicar esta nueva tecnología para el caso del protagonista de nuestro blog, Francesco Sforza. A través de estos tipos de tecnologías, como NaviLens, una exposición permanente o temporal dedicada al tema de Francisco Sforza o bien a los condottieri sería plenamente factible. Permitiría tocar una enorme variedad de temas que en una exposición temporal, debido a su propia temporalidad y cuestiones de espacio, sería imposible tratar. A través de enlaces, imágenes y vídeos, se podría relacionar Francisco Sforza con todo una serie de temas renacentistas. Francisco Sforza como parte de una exposición sobre mercenarios, una exposición de la Historia de Milán. El retrato de Francisco Sforza conservado en la Pinacoteca de Milán, a través de un código NaviLens situado a un lado, podría acercar al curioso visitante al fascinante mundo de política y guerra en la cual se movía el personaje retratado. En una exposición anticuaria de armas y armaduras renacentistas se podría trazar la relación entre éstos y los grandes guerreros italianos, entre los cuales se cuenta con Francisco Sforza. O bien directamente en los códigos NaviLens o los enlaces que proporcionan, nuestro condottiero renacentista podría aparecer.

Y esto hecho es la que debemos tener cuenta con respecto a NaviLens: como ocurre tantas veces con las nuevas tecnologías, nos abren las puertas de la libre expresión y la libre interpretación, tanto para lo bueno como para lo malo. Pero en estas circunstancias, quiero resaltar la importancia de una aplicación que permite ensanchar nuestros horizontes de interpretación hasta niveles tradicionalmente inconcebibles, además de facilitar la interconectividad entre diferentes museos y diferentes exposiciones. Las TIC pueden realmente llevar la globalidad del mundo moderno a los museos y la materialidad histórica.


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